jueves, 3 de noviembre de 2011

Fuera de casa

(Final)


La luz del sol entra  a la recámara y me despierta. Miró a mi alrededor y veo a mis dos tíos durmiendo. Son apenas las seis de la mañana pero ya no puedo dormir, así que, me levanto y voy al baño. Me preocupa que pueda estar pasando en mi casa y empiezo a meter las bolsas del súper mercado al carro para que la salida pueda ser más rápida.
   Enciendo la radio para escuchar alguna estación en la que se informe de la situación, sin embargo, no hay señal sólo estática en todas las frecuencias; tampoco en la televisión hay algo, es como si todo desapareciera de pronto. Mientras mis tíos siguen durmiendo entró a la cocina para hacerme una taza de café, ya que es temprano y hace frío. Después de tomar mi café intento lavar la taza pero me doy cuenta de que tampoco aquí hay agua. Por la ventana miro a la calle y veo a dos señoras caminando con dos cubetas de agua cada una, creó que les pesa mucho porque caminan con dificultad. Al observarlas detenidamente me doy cuenta de lo sucio de sus ropas, es posible que al igual que nosotros no hayan salido a la calle en varios días. En sus caras se nota el miedo y miran en todo momento a su alrededor pero sin detenerse. Recorren dos cuadras y suspenden su marcha frente a una vieja casona. Un hombre les abre la puerta, ellas entran mientras el hombre echa un vistazo a la calle para asegurarse de que nadie las siga. Salgo de la cocina y voy al patio para ver el carro, sólo para asegurarme de que nada le haya pasado, pues la experiencia de ayer nos dejó con la sensación de que en cualquier momento podrían meterse a la casa. Todo está bien y nada le ha pasado al carro. Entró de nuevo a la casa y tomo una revista que esta sobre la mesa, me siento en el sillón y empiezo a leer. Casi acabo de leer la revista cuando veo a mi tío salir de la recámara, me saluda y pregunta si todo está bien. Yo le contesto que no hay ningún problema y que el carro está listo para que nos vayamos. Él me dice que tenemos que esperar a que mí tío despierte. Después sube a la azotea para buscar ropa, mientras mi tío Luis está en la azotea mi tío Mario despierta, no lo veo levantarse pero creo que está asustado porque no vio a alguien más en la recámara. Grita nuestro nombre y yo le respondo, él salé de la habitación y cuando me ve se le quita la cara de asustado. Mi tío Luis baja de la azotea y nos pregunta si no queremos una taza de café antes de irnos. Yo le respondo que ya tome una, pero mi tío Mario le dice que sí. Ellos toman su café y yo subo a la recamara para asegurarme de que no se nos olvide algo. 

Mis tíos salen en el carro de la casa mientras yo cierro la puerta. Vemos a tres hombres que salen de la casa de frente. Subo al carro y nos dicen que les demos algo de comida. Mi tío Luis les dice que no tenemos y que solo estuvimos en la casa para dormir. Ellos nos dicen que no miéntamos porque saben que tenemos comida, pues nos vieron llegar. Mi tío les repite que no tenemos nada. Uno de ellos se enoja y arroja una piedra. Rompe la ventana y me pega en la nuca; yo caigo en el asiento del carro y sólo escuchó que mi tío acelera. Todo se vuelve negro y pierdo la conciencia.

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